El HTML limpio

Ya se ha mencionado un poco sobre lo que es FrontPage y se ha dicho que trabaja en modo vista de código fuente, que es totalmente editable y cuyas deducciones se restablecen en tiempo real en la vista WYSIWYG. No obstante, el usuario novel, para quien va consignada esta introducción elemental, posiblemente no conozca dicho lenguaje, y lo que quiere realizar es sencillamente cortar y pegar códigos que tal vez hayan bajado de la Red. ¿Es esto una manera viable? Desde luego, y la realidad es que puede ser logrado de dos maneras diferentes. Para una de ellas se usará el comando Insertar> Avanzadas> Html, que abre una ventana en blanco donde pegar cualquier sucesión. Antes se debe detallar con el ratón dónde se prefiere implantar el nuevo código. Sin embargo, éste se añadirá según está redactado, sin análisis, y su contenido no se revelará en la vista normal.

Para borrar esta peculiaridad se tiene que eliminar los comentarios que el software crea de forma automática. Deben acudir a la vista HTML y eliminan por completo y sin temor las líneas: <!–webbot bot=”HTMLMarkup” startspan –>, endspan –>, al comienzo y al final.

La otra manera la usarán para insertar código en el encabezado del documento, que está definido por las etiquetas <head>, </head>, donde la función añadir HTML no es efectiva.

Para eso se pasará a la vista de código, donde se pegará cualquier código de la manera clásica, abriendo un menú contextual con el ratón y eligiendo pegar. Sin embargo, puede haber un problema: Si el texto copiado tiene formato, FrontPage lo guardará, logrando anotaciones de formateado, e inhabilitará el script. Puesto que arreglarlo de manera manual sería un engorro, se puede seguir un pequeño truco: Lo primero es pegar el texto en el bloc de notas, de forma que se pierde el formato, y ahí volver a copiar, apareciendo limpio de etiquetas basura.

Para concluir:

Estas son solo algunas incógnitas que comúnmente se pueden leer en los foros de usuarios en cuanto a FrontPage, y aquí se expusieron distintas posibles respuestas. No son todas, ni siquiera tienen que ser infalibles; hay más opciones creativas que una persona puede descubrir con la práctica, gozando así de un trabajo bien hecho con cierto ingenio.