El navegador es una raza de aplicación capacitado para dilucidar los mandatos admitidos en forma de código HTML esencialmente y convertirlas en las páginas que son el resultado de dicha orden.
Cuando ustedes presionan sobre un enlace hipertexto, en realidad lo que pasa es que se establece una petición de un archivo HTML que reside en el servidor (una computadora potente que se halla perennemente conectado a la red) el cual es enviado e interpretado por nuestro navegador (el cliente).
No obstante, si la página que solicitan no es un archivo HTML, el navegador es torpe de descifrarla y lo único que es competente de realizar es protegerlo en forma de documento. Es por eso que, si pretenden utilizar lenguajes accesorios para hacer un sitio web, es definitivamente ineludible que sea el propio servidor quien los elabore e cicerone para luego enviarlos al cliente (navegador) en forma de archivo HTML totalmente legible por él.
Como, cuando se presiona sobre un enlace a una página que posea un script en un lenguaje comprensible exclusivamente por el servidor, lo que sucede en contexto es que dicho script es ejecutado por el servidor y en consecuencia de esa ejecución da terreno a la reproducción de un archivo HTML que es enviado al cliente.
Por ello, se puede conversar de lenguajes de lado servidor que son aquellos lenguajes que son enjuiciados, ejecutados e descifrados por el propio servidor y que se envían al cliente en un formato claro para él. Por otra parte, los lenguajes de lado cliente (entre los cuales no sólo se halla el HTML sino también el Java y el JavaScript los cuales son meramente comprendidos en el código HTML) son aquellos que pueden ser claramente “comprendidos” por el navegador y no precisan de un pretratamiento.
En conclusión cada uno posee por supuesto sus ventajas y sus desventajas. Por ello, y como ejemplo, un lenguaje de lado cliente es completamente independiente del servidor, lo cual deja que la página pueda ser alojada en cualquier lugar sin necesidad de pagar más ya que, por norma habitual, los servidores que admiten páginas con scripts de lado servidor son en su generalidad de pago o sus beneficios muy restringidas. Recíprocamente, un lenguaje de lado servidor es emancipado del cliente por lo cual es bastante menos severo respecto al cambio de un navegador a otro o en relación a las versiones del mismo. Además de eso, los scripts son acumulados en el servidor quien los ejecuta y traduce a HTML por lo que persisten ocultos para el cliente. Este hecho puede implicar a todas luces una manera genuina de cuidar el trabajo científico ejecutado.
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