Otra definición del que seguro han oído aludir con relación al ámbito del sonido digital es la cantidad de bits de una tarjeta de sonido. El inicio de esa dimensión es que, a la hora de capturar el sonido, no sólo es relevante la cantidad de muestreos conseguidos, sino asimismo la cantidad de información capturada en cada uno de esos muestreos.
Cuando ya se haya capturado el sonido, para su posterior reproducción en un equipo informático es requerido ordenar una serie de impulsos o enfoques a los altavoces para que generen el sonido a raíz de esos. ¿Cómo así? bueno, creando a raíz de estas posiciones una serie movimientos de las membranas de los altavoces, corrientes que evolucionan de nuevo el sonido digital en analógico, estado en el que es competente de transportar por el aire y generar los estímulos requeridos en vuestros oídos, con lo que son capaces de descubrir el sonido “original”. Mientras más posiciones de información se remiten a los altavoces, mayor será la calidad del sonido reproducido.
Con estas bases, se concreta el número de bits de un sonido digital como el número de impulsos de pesquisa (posiciones) que se remiten a los altavoces para su evolución en ondas analógicas.
Con respecto a las tarjetas de sonido hoy en día laboran regularmente con 8 bits de información, con los que se logran conseguir 28=256 posiciones (ceros y unos binarios), si bien hay unas de mayor calidad que son capaces de laborar con capturas de 16 bits, que causan 216 = 65536 posiciones de información.
Como información extra, los CDs actuales están asentados en sonido grabado a 44 Khz y con un tamaño de muestra de 16 bits. Esas medidas se reconocen con el nombre de sonido de calidad CD.
Para terminar, cuando el sonido digital llega a vuestros oídos, chocan contra los tímpanos, efectivas membranas especialistas que tornan a transformar las ondas analógicas en impulsos eléctricos, que se transportan hasta vuestro cerebro, en el cual son descifrados y generan las sensaciones auditivas que todos conocen.
Una anomalía al sonido precedentemente explicado, que se puede denominar “de datos de sonido”, es el sonido sintetizado, en el cual no se ejecuta ninguna captura de ondas sonoras verdaderas, sino que es sonido completmente digital, creado de forma directa en el equipo informático por el reproductor digital acreditado con el nombre de MIDI (Music Instrument Digital Interface). Si se quiere reproducir una nota musical definitiva, se remite un comando MIDI al chip sintetizador, que es el encargado de traducir ese comando en una vibración personal que genera la nota. A través de ese sistema es viable elaborar melodías realmente aceptables, no obstante jamás poseerán la calidad ni riqueza de una onda sonora natural capturada.
