Desde el intento de silenciar a una estudiante universitaria china al denunciar un caso de acoso sexual, una parte de la comunidad estudiantil asiática se ha adherido al llamado movimiento #MeToo en todo el país. Y ante la censura que su propio territorio realiza, han decidido migrar al blockchain con Ethereum para que sus mensajes lleguen y se lean por todos.
La Universidad de Pekín intentó silenciar a la chica, pero no pudo
Yue Xin es el nombre de esta estudiante a la que silenciaron la primera vez. El delito que pidió se hiciera público, había sido cometido hace dos décadas. Sin embargo, la chica insistió en que se anunciara.
Ante ello, recibió diversas advertencias de los mismos encargados de la universidad diciéndole que mejor se callara. Nada que surtiera efecto para hacer que retrocediera, sino al contrario. Yue Xin continuó adelante e incluso hizo público el documento en donde claramente se le amenazó.
Entre otras cosas, narra cómo el centro estudiantil incluso la obligó a eliminar todo lo que había publicado. Por si eso no fuese suficiente, también pidieron a sus representantes que la mantuvieran cautiva en casa.
Sin embargo, la carta donde estaba todo esto escrito, siguió difundiéndose y multiplicándose a través de las redes sociales. Al menos hasta que las autoridades gubernamentales tomaron acción y borraron de ellas todo lo relacionado al tema. Viendo que en estas plataformas no se lograría nada, el movimiento decidió pasarse a Ethereum.
El Blockchain de Ethereum ahora es el hogar de los manifestantes de #MeToo en China
China se ha esforzado por diversos medios en silenciar esta comunidad de activistas en pro a la igualdad de género. Las feministas, que antes enviaban sus mensajes en clave a través de redes sociales como Weibo o WeChat, tampoco dan su brazo a torcer. Ahora eludiendo la censura por medio de Ethereum.
Gracias a su sistema, es prácticamente impenetrable para que el gobierno chino pueda imponer la ley del silencio. Así se demostró el día 23 de abril cuando una de las direcciones de Ethereum se envió a sí misma 0 ethers, pagando apenas 53 centavos estadounidenses. Dentro de sus datos, en el espacio de información adicional, se puede ver que está la carta de Yue. Lista para que cualquiera vuelva a leerla.
El sistema público de Ethereum permite que todo el mundo pueda observar las transacciones y lo relacionado a ellas. Igual impide que se editen, siendo el sistema único en su tipo, y sumamente protegido. Aunque no es tan sencillo acceder a esta clase de información. Lo que asegura a cabalidad es que la información esté allí, y no pueda ser removida. La manera de hacer que se vea y propagarla, ya es otro reto que tendrán que asumir para lograr que #MeToo se escuche en China.
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